lunes, noviembre 26

Gladiadores








Colombia es un país en el que circulan corrientes ideológicas y sociales tan potentes, que es difícil no verse impregnado por ellas en determinado momento.

Un día, observando el periódico matutino mientras defecaba, vi una noticia que me estremeció e hizo que algo cambiara radicalmente mi discurso. Me sorprendió aún más el enterarme que dichos sucesos fueron cometidos hace ya varios años y no pude evitar pensar que más tipos de situaciones pudieron pasar en aquellos territorios inhóspitos de los cuales, honestamente, no tenemos idea.

Gladiadores surgió en base a esa noticia, cuyo contenido me hizo responder de la única manera que sé hacerlo. La noticia data de abril del presente año, y habla de las fosas que fueron halladas en varios territorios del país, y cuyo contenido son las desapariciones que las Autodefensas Unidas de Colombia han venido perpetrando desde los noventas.

El proceso de la obra aun está desarrollándose, pero se constituye básicamente en una gran cantidad de monigotes primitivistas pintados sobre cartón, que hacen referencia a un mundo social y físicamente lejano de nuestras comodidades en la urbe. Representan situaciones, personajes y códigos sociales que están inmersos en nuestra memoria colectiva. Ya que nuestro pasado ha sido truculento y ponzoñoso, es fácil dejar de lado dichos sucesos y seguir una seudo-vida indiferente al resto. Las figurillas dispuestas en cualquier sitio público o privado son un punto de quiebre, dadas sus cualidades infantiles pero políticamente disociativas, en los diarios minutos que pasamos sin notar aquellos sucesos trágicos que enmarcan nuestro querido país. Esta obra es solo un recordatorio más.


(arriba una muestra de algunas figuras)

1 comentario:

Anónimo dijo...

En Noticia (caracol TV): Hace un tiempo, un camarógrafo grabó el momento en que un niño trataba desesperadamente de defender a su padre, a quien atacaban con un machete. Asunto de deudas. El niño trataba inútilmente de empujar al agresor mientras este repartía y cercenaba. El padre murió. El niño no.

No en noticias: Muchos niños vieron a sus padres siendo degollados o partidos en pedazos. Abultadas cantidades, visceras, chorros, intensidades!,la carne, las entrañas, los olores, las moscas, toda esa gama de formas que se hacen presentes en la sórdidez de una masacre en alguna región de Colombia..

El mismo rostro de la madre que enseñaba sobre el peligro en la mañana, podría ser un rostro colgado, desfigurado en la tarde. El llanto profundo, intenso, desde bien adentro, inagotable, tratando de llorar una madre que ahora reconoce en pedacitos.

La vida y el recuerdo de esos niños en adelante: es un premio? una condena?

Yo pediría que, en adelante, se aseguren de matar tambien a los niños.