miércoles, octubre 1

Adelantos de Sindicato.


Szesla sabe que su día ha llegado. Al menos eso piensa, como lo hacen todos comúnmente; 'el día de Oscar Szesla ha llegado'. Nadie se atreve a decirlo, muchos lo intuyen, y casi ninguno sabe cuando ocurrirá en realidad. De hecho solo tres personas están al tanto de cuando, donde y como sucederá, pues ellas lo han planeado. Pero de esto se hablará a su debido momento.

Szesla se dirige hacia su Tuneoka serie G modelo 38, negro, de puertas corredizas y pesada carrocería. Hoy cumple cuarenta y dos años.

Allí, en el asiento del piloto, se encuentra su conductor y estafeta Mouldros Haarn, del cual dicen tiene ascendencia holandesa y argelina. Mouldros ha estado con Szesla desde 'El Gran Boicot', ocurrido veintitantos años atrás, cuando los laboristas se enfrentaron a los caciques socialistas, y sucedió lo que tenía que suceder.

Ambos se dirigen a Lezq, en Bernavento, el distrito que concentra el poder ostentado por Szesla. Allí se controlan los puertos, los gremios aduaneros y los círculos mercantes. También tienen presencia allí el PSL (partido socialista de Lezq), la AOS 1 (asociación obrera de Sílica Uno) y la camarilla NecraRaia, una especie de cuerpo armado independiente. Todos hacen parte del Sindicato, cuya cabeza visible es aquél que celebra su cuadragésimo segundo invierno en ésta cruel ciudad industrial.

Szesla ya no es muy bien recibido en sus dominios. Lo que antes fue un prospero puerto mercante y una magnifica zona productora, ahora es nido de ratas, malhechores, profetas locos y alguno que otro ácrata por ahí. Las industrias han decaído y los poderes proletarios que antes sostenían el distrito ahora están en manos de corruptos dirigentes, delegados y demás términos oficinescos que se les quiera dar.

Pero no todo fue culpa de Szesla, pues también surgieron otros órganos de poder a la par del crecimiento del Sindicato, y como es consecuentemente lógico, dichos poderes se enfrentaron hasta el día de hoy, cuando aún no hay un claro vencedor pero si muchos perdedores.


Haarn, luego de seguir una ruta estratégica através de las complejas rutas laberínticas de Lezq, aparca el coche en las estancias de El Galón Negro. Ataño en ésta vieja taberna, tenían lugar los más elaborados debates políticos de la zona. Allí creció Oscar Szesla, alimentando su carácter con buenas dosis de cerveza Brum, vodka Snarak y lecturas de Tartarov. Allí también nutrieron su ego sus antecesores; Marcos Montenegro y Armand Assel Yankoro. Y allí, o mejor dicho, en el callejón adverso al lugar, fue donde mató a, su probablemente único amigo, Julen Samco.

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